'Mochila Juego Aprendo': un proyecto que transforma la educación infantil
Con la ayuda de una guía práctica, los padres y cuidadores son orientados por un promotor social del MIDES que además de potenciar las habilidades cognitivas, promueve la paternidad responsable.
Es una mañana soleada en el distrito de Chepo, y Luis Carlos Alvarado disfruta del clima jugando con su hija Meredith Michell en el portal de su casa. Con entusiasmo, ambos exploran los juguetes contenidos en una mochila proporcionada por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) a través del proyecto "Mochila Juego Aprendo".
Meredith abre la mochila y esparce los juguetes sobre un tapete de foami. Entre risas y alegría, toma un rompecabezas y lo arma con facilidad. Sin darse cuenta, a través del juego, Meredith recibe estimulación temprana, un proceso clave para el desarrollo intelectual, social, emocional y físico.
Con el apoyo de su padre y las herramientas de la mochila, Meredith aprende a contar, reconocer los colores primarios e identificar las partes del cuerpo. Estos primeros mil días de vida son cruciales, ya que durante este tiempo se desarrolla el 87% de su cerebro.
Los beneficios del juego son evidentes. El rompecabezas fortalece su motricidad fina, su coordinación visual y la capacidad de resolver problemas. Cada juguete en la mochila tiene un propósito pedagógico: los bloques de madera incentivan la resolución de problemas, los libros de colorear fomentan la motricidad fina, y la torre de vasijas ayuda a la identificación de colores y a seguir instrucciones.
No obstante, la "Mochila Juego Aprendo", es un proyecto que transforma vidas. Con la ayuda de una guía práctica, los padres y cuidadores son orientados por un promotor social del MIDES que además de potenciar las habilidades cognitivas, promueve la paternidad responsable.
El proyecto se basa en el programa "Cuidarte", adaptado de la metodología internacional "REACH UP AND LEARN", que ha sido implementada con éxito en países como Jamaica, Bangladesh, India, Brasil, Madagascar y Perú.
Eymi Dawking, coordinadora del proyecto en Chepo, destaca que la "Mochila Juego Aprendo" ha tenido un impacto positivo en 60 familias de la región. "La experiencia ha sido más que satisfactoria. Los padres tienen palabras de elogio para este proyecto", afirma.
Las visitas del equipo también tienen un propósito adicional: identificar situaciones que puedan afectar el desarrollo infantil. Según un informe del MIDES, la mayoría de los padres que han implementado la metodología están altamente satisfechos con los resultados.
El programa "Mochila Juego Aprendo" no solo provee herramientas para el aprendizaje, sino que también fortalece los lazos familiares y contribuye al desarrollo integral de la primera infancia en comunidades vulnerables.
Un Proyecto con impacto en zonas remotas
A 400 kilómetros de la capital, en la Comarca Ngäbe-Buglé, tierra adentro, donde se llega con vehículo de doble tracción, Armando Montezuma también participa en el proyecto con su hija Nicole. En su comunidad, Zapote, no hay Centros de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI), parques ni teatros. Sin embargo, gracias a la guía del programa, Armando confecciona juguetes didácticos y crea rutinas que fortalecen el vínculo con su hija.
Nicole y Meredith son solo dos de los 1,020 niños que forman parte de este proyecto piloto, que también se desarrolla en la Comarca Guna Yala y la Comarca Emberá Wounaan. La iniciativa "Mochila Juego Aprendo" busca ofrecer oportunidades de aprendizaje en regiones apartadas, extendiéndose a 17 zonas en 65 corregimientos y 32 distritos.
Contenido de la mochila: Un universo de aprendizaje
La mochila incluye una guía con 29 juegos y 43 actividades, cada una diseñada con objetivos específicos para el desarrollo infantil. Además, contiene materiales sencillos pero efectivos: rompecabezas, libreta de dibujo, crayones, cubos, pelotas de tela, juegos didácticos y libros ilustrados.
Uno de los aspectos innovadores del programa es la enseñanza de la fabricación de juguetes en familia, utilizando materiales reciclados. Con botellas plásticas y vasijas, los niños crean maracas y tambores; con tapaderas e hilos, elaboran collares; y con retazos de tela, confeccionan muñecos.